Hoy es jueves, 3 de marzo y el segundo día de Cuaresma. Entre ahora y el Domingo de Resurrección muchos cristianos alrededor del mundo van a estar ayunando, orando y preparando sus corazones para recordar la muerte y la resurrección de Jesús. Ya sea que normalmente participes en La Cuaresma o no, acompáñanos en la oración a través del viaje de Jesús hacia la cruz.

Haz una pausa

Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieto; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.

Haz una pausa y ora

Oración de Enfoque

Jesús, Tú eres el camino, la verdad y la vida. A través de esta época de Cuaresma, mientras medito en tu Santa Pasión, que mi amor sea reavivado, para que pueda vivir sacrificada y enteramente para Ti.

Regocijarse y Reflexionar

Hoy escojo regocijarme en el amor permanente de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en el Salmo 100…

Entrad por sus puertas con acción de gracias;
    id a sus atrios con alabanza.
    Dadle gracias y alabad su nombre.
Pues el Señor es bueno.
    Su amor inagotable permanece para siempre,
    y su fidelidad continúa de generación en generación.

Salmo 100:4-5 (NTV)

Haz una pausa y ora

Hoy medito en lo que Jesús sabía que estaba por llegar…

Mientras subía Jesús rumbo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará»

Mateo 20:17-19 (NVI CST)

Esta fue en realidad la tercera vez que Jesús advirtió a sus discípulos que moriría; y esta vez su advertencia fue increíblemente específica. Jesús sabía que sería traicionado, sabía que sufriría y sabía cómo sería ejecutado. Sin embargo, todo este conocimiento previo no hizo tambalear su determinación. Jesús eligió continuar hacia Jerusalén. Eligió caminar hacia la tortura y la tumba. 

Apelar / Pedir

Jesús: hago todo lo que está en mi mano para evitar el dolor y huir del sufrimiento pero, impulsado por el amor, escogiste soportarlo todo, escogiste abrazar la muerte para que podamos vivir bien con Dios. Hoy te doy las gracias por no echarte atrás. 

Haz una pausa y ora

Nombro a alguien que conozco que no tiene idea de la profundidad de la pasión de Jesús y el amor por esa persona. 

Jesús, revélate a ellos y dame una oportunidad para compartir la historia de la resurrección con ellos.

Haz una pausa y ora

Rendirse

Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.

Mientras subía Jesús rumbo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará»

Mateo 20:17-19 (NVI CST)

En este momento Jesús no solo está siendo profético, también está siendo profundamente pastoral mientras intenta preparar a sus amigos más cercanos para el trauma que están apunto de experimentar. Incluso en medio de su propio temor y agitación, Jesús se toma el tiempo para cuidar a los que ama.

Haz una pausa y ora

Oración de Rendición

Jesús, Hijo de Hombre, en esta Cuaresma escojo tomar mi cruz y seguirte. Ayúdame a dejar de escalar egoístamente la escalera del éxito y en su lugar caminar humildemente contigo, dondequiera que me guíes.

Promesa de Rendición

Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, me aferro a la verdad en Romanos: 

En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección.

Romanos 6:5 (NVI CST)

Oración para concluir

Padre, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida, proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago. 
Amén.