Hoy es domingo, 10 de abril, conocido alrededor del mundo como el Domingo de Ramos. En este día de descanso dejamos atrás nuestro ritmo habitual y oramos de forma más sencilla.

Hoy, los cristianos de todo el mundo celebran la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén y el comienzo de la Semana Santa. Por lo tanto empiezo este tiempo de oración haciendo una pausa para acoger de nuevo a Jesús por su Espíritu en mi vida.

Hago una pausa y medito en la llegada de Jesús… 

Al día siguiente, la gran multitud que había llegado para la fiesta se enteró de que Jesús entraba en Jerusalén. Rompieron las ramas de las palmeras y salieron a recibirle. Y le aclamaron:

¡Hosanna!

¡Bendito el que viene en nombre de Dios!

Sí. El Rey de Israel.

Jesús agarró un burro joven y lo montó, tal como dice la Escritura:

No temas, hija de Sion:
    Mira cómo viene tu rey
    montado en un pollino de asno.

Juan 12:12-15 (MSG)

Los emperadores romanos montaban sus mejores sementales en una ciudad conquistada. Algunos presidentes viajan hoy en vastas cabalgatas blindadas. Pero el Rey de reyes se sienta humildemente en un burro y se prepara para morir.

Señor: dame oportunidades para practicar la humildad, para servir, para escuchar y para preferir a los demás en esta Semana Santa.

Haz una pausa y ora

Las multitudes gritaron ‘Hosanna’, un clamor del Salmo 118 que se traduce como ‘¡Señor, sálvanos!’ 

Padre: mientras tu Iglesia se reúne hoy en todo el mundo, me uno a la multitud de Jerusalén y grito “¡Hosanna! Señor, líbranos de estar centrados en nuestro interior; impúlsanos a contar la historia de tu amor en esta Pascua.

Jesús: oro en nombre de mis amigos y familiares que no te conocen y digo ‘¡Hosanna! Señor, sálvanos’ – date a conocer a cada uno de ellos esta semana.

Espíritu: en este Domingo de Ramos elevo a los líderes de mi nación hacia ti y oro “¡Hosanna! Señor, sálvales’; acércales a Jesús. Que su liderazgo se caracterice por su sabiduría y humildad.

Haz una pausa y ora

El apóstol Pablo describe la humildad de Jesús en su carta a la iglesia de Filipos.

Pensad en vosotros mismos como Cristo Jesús pensaba de sí mismo. Tenía un estatus igual al de Dios, pero no pensaba tanto en sí mismo como para tener que aferrarse a las ventajas de ese estatus pasara lo que pasara. En absoluto. Cuando llegó el momento, dejó de lado los privilegios de la deidad y asumió la condición de esclavo, ¡se hizo humano! Una vez convertido en humano, siguió siendo humano. Fue un proceso increíblemente humilde. No reclamó privilegios especiales. Por el contrario, vivió una vida desinteresada y obediente, y luego tuvo una muerte desinteresada y obediente, y la peor clase de muerte: la crucifixión. 

Filipenses 2:5-8 (MSG)

Por ello, utilizo las palabras de Thomas Merton como mi oración, hoy:

Señor, dame humildad en la que sólo hay descanso 
y líbrame del orgullo que es la más pesada de las cargas. 
Posee todo mi corazón y mi alma con la sencillez del amor. 
Ocupa toda mi vida con el único pensamiento y el único deseo del amor 
para que no ame por el mérito, ni por la perfección, 
ni por la virtud, ni por la santidad, sino sólo por ti. 
Amén.*

Thomas Merton, New Seeds of Contemplation, (2003) p.47

Oración para concluir:

Que este día traiga el descanso del Sabbat a mi corazón y a mi hogar.
Que la imagen de Dios sea restaurada en mí, que mi imaginación sea reformada en Dios.
Que la gravedad de las cosas materiales se aligere, y la relatividad del tiempo se ralentice.
Que conozca la gracia para poder abrazar mi propia pequeñez finita en los brazos de la grandeza infinita de Dios.
Que la Palabra de Dios me libere y su Espíritu me dirija en la semana que comienza y la vida que tengo por delante. **

*Thomas Merton, New Seeds of Contemplation, (2003) p.47.

**Pete Greig, Sabbath Blessing, petegreig.info