Oración 24-7
8 Mins. lectura
Parte 19 de 46
Hoy es lunes, 21 de marzo y con el evangelio de Mateo como nuestra guía a través de esta época de Cuaresma, continuamos nuestro viaje con Jesús hacia la cruz y la resurrección. La semana pasada dejamos a Jesús orando en Getsemaní. Esta semana vamos a explorar cómo fue arrestado.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieta; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Jesús, Tú eres el camino, la verdad y la vida. A través de esta época de Cuaresma, mientras medito en tu Santa Pasión, que mi amor sea reavivado, para que pueda vivir sacrificada y enteramente para Ti.
Hoy escojo regocijarme en el cuidado constante de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en las palabras del Salmo 121…
Él no permitirá que tropieces;
Salmo 121:3-4 (NTV)
el que te cuida no se dormirá.
En efecto, el que cuida a Israel
nunca duerme ni se adormece.
Hoy medito en la tercera vez que Jesús vuelve a sus discípulos. Solo, él ha orado: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
Cuando volvió, otra vez les encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. Así que les dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo. Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Seguís durmiendo y descansando? Mirad, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levantaos! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
Mateo 26:43-46 (NVI CST)
‘Jesús tuvo que pelear esta batalla solo’, escribe William Barclay. ‘Esto es una realidad para todos. Hay ciertas cosas que debemos enfrentar y ciertas decisiones que debemos tomar en la espantosa soledad de nuestra propia alma; hay momentos en los que los demás ayudantes fallan y los consuelos huyen; pero en esa soledad está la presencia de aquel que, en Getsemaní, la experimentó y la superó’.*
¿Hay algo que tengo que enfrentar hoy en la soledad de mi alma? ¿Una decisión que debo tomar? ¿Una conversación difícil que no puedo posponer por más tiempo?
Señor Jesús: Tú sabes lo que se siente al estar totalmente solo, así que, por favor, acompáñame hoy. ‘Cuando tengo miedo pongo en ti mi confianza’. (Salmo 56:3)
Señor: te pido por los cristianos que se encuentran realmente solos; hermanos y hermanas que son rechazados por sus propias familias que se oponen a la fe en Jesús o son perseguidos y encarcelados por regímenes hostiles. Que encuentren alegría y fuerza en ti.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
Cuando volvió, otra vez les encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. Así que les dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo. Volvió de nuevo a los discípulos y les dijo: «¿Seguís durmiendo y descansando? Mirad, se acerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levantaos! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
Mateo 26:43-46 (NVI CST)
Hay un tiempo para orar, pero llega la hora en que debo levantarme, dejar de estar de rodillas y enfrentarme a los desafíos de la vida que tengo frente a mí. No oro para escapar de la realidad. Oro para que, después de haber orado, pueda levantarme y afrontar la batalla, sea cual sea.
Señor: me rindo a tu llamada a levantarme y enfrentar la vida mientras me dices: ‘¡Levántate! ¡Adelante!’
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor me recuerda en Isaías 54 que:
…ningún arma que te ataque triunfará.
Isaías 54:17 (NTV)
Silenciarás cuanta voz
se levante para acusarte.
Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor;
yo seré quien los reivindique.
¡Yo, el Señor, he hablado!
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtica contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida, proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
*William Barclay, The Daily Study Bible: The Gospel of Matthew, Volume 2. [Revised Edition](Edinburgh: Saint Andrew Press, 1957 [1975]) p.349. Adapted.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
9 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
LECTIO 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
9 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio365
7 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.