Oración 24-7
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Parte 16 de 46
Hoy es viernes, 18 de marzo y esta semana estamos meditando en los acontecimientos que tuvieron lugar el día antes de la crucifixión de Jesús, según lo narra el libro de Mateo.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieto; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Jesús, Tú eres el camino, la verdad y la vida. A través de esta época de Cuaresma, mientras medito en tu Santa Pasión, que mi amor sea reavivado, para que pueda vivir sacrificada y enteramente para Ti.
Hoy escojo regocijarme en la presencia de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en las palabras del Salmo 23…
Aun cuando yo pase
Salmo 23:4-5 (NTV)
por el valle más oscuro,
no temeré,
porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado
me protegen y me confortan.
Me preparas un banquete
en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
Hoy meditamos en la noche más difícil y oscura de la vida de Jesús…
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Sentaos aquí mientras voy más allá a orar». Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quedaos aquí y permaneced despiertos conmigo». Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
Mateo 26:36-39 (NVI CST)
‘Getsemaní’ significa literalmente ‘la prensa de aceite’, lo cual es apropiado, porque es aquí donde Jesús experimenta la presión más intensa y aplastante de su vida; espiritual, emocional y psicológicamente. Jesús implora otro camino, una alternativa a la aterradora muerte que le espera. Pero no hay ninguna alternativa.
En ese momento, el Padre no le da la respuesta que está pidiendo, pero Dios sí se da a sí mismo. En la versión de Lucas de esta historia, escribe que Dios envía un ángel para fortalecer a Jesús. (Lucas 22:43)
¿Qué oraciones sin respuesta estoy cargando ahora mismo?
Padre Dios: te ofrezco estas esperanzas; estos anhelos; estas batallas una vez más. Y donde no hay respuestas, por la razón que sea, elijo abrir mi corazón y recibir el regalo de tu presencia junto a mí.
¿A quién conozco que parece estar experimentando una presión intensa, o incluso aplastante, en este momento?
Buen Pastor: te pido que te acerques a ellos mientras caminan por su oscuro valle. Protégeles y consuélales. Condúceles junto a aguas tranquilas y restaura sus almas.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Sentaos aquí mientras voy más allá a orar». Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quedaos aquí y permaneced despiertos conmigo». Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
Mateo 26:36-39 (NVI CST)
Una de las actividades más populares de la biblioteca de recursos de Los espacios de oración en los colegios* se llama “Grandes Preguntas”. Se invita a los niños y jóvenes a escribir una pregunta a Dios en un trozo de cartón roto. Muchas de las preguntas se parecen bastante a la oración de Jesús:
Dios: si todo es posible para ti, ¿por qué no puedes quitar el sufrimiento?
¿Cuál sería mi gran pregunta para Dios?
Padre Celestial: hoy utilizo la oración de entrega de Jesús como propia:
Pero no como yo quiera, sino como Tú quieras.
En mi vida laboral: pero no como yo quiera, sino como Tú quieras.
En mis relaciones: pero no como yo quiera, sino como Tú quieras.
En cada parte de mi vida: pero no como yo quiera, sino como Tú quieras.
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama, dice en el Salmo 23 que:
El Señor es mi pastor;
Salmo 23:1 (NTV)
tengo todo lo que necesito.
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida, proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
*https://prayerspacesinschools.com/product-category/prayer-activity/
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