Oración 24-7
8 Mins. lectura
Parte 14 de 46
Hoy es miércoles, 16 de marzo, y esta semana estamos meditando en los acontecimientos que tuvieron lugar el día antes a la crucifixión de Jesús, según los narra el libro de Mateo.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieto; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Jesús, Tú eres el camino, la verdad y la vida. A través de esta época de Cuaresma, mientras medito en tu Santa Pasión, que mi amor sea reavivado, para que pueda vivir sacrificada y enteramente para Ti.
Hoy escojo regocijarme en la gracia de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en las palabras del Salmo 103…
El Señor es compasivo y misericordioso,
Salmo 103:8-11 (NTV)
lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.
No nos reprenderá todo el tiempo
ni seguirá enojado para siempre.
No nos castiga por todos nuestros pecados;
no nos trata con la severidad que merecemos.
Pues su amor inagotable hacia los que le temen
es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra.
Hoy medito en las consecuencias de la Última Cena, cuando Jesús y sus discípulos abandonaron el lugar donde habían estado cenando juntos…
Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.
Mateo 26:30-35 (NVI CST)
―Esta misma noche —les dijo Jesús— todos vosotros me abandonaréis, porque está escrito: »“Heriré al pastor,
y se dispersarán las ovejas del rebaño”.
Pero, después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea».
―Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré. ―Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.
―Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro—, jamás te negaré.
Y los demás discípulos dijeron lo mismo.
Los discípulos estaban perturbados y confundidos. Su comida juntos no había sido la celebración de la Pascua que esperaban, y Jesús había dicho y hecho algunas cosas extrañas. Y luego, para colmo, les dijo: ‘esta misma noche, todos vosotros me abandonaréis’.
La verdad es que me he “alejado” muchas veces. Tal vez no he negado rotundamente que soy un seguidor de Jesús, como Pedro estaba a punto de hacer. Y a lo mejor no he huido con miedo, como lo harán pronto los otros discípulos. Pero a veces he dejado que mi fe se enfríe.
¿Cómo me siento ahora? ¿Estoy lleno de fe, “ardiendo” por Jesús, o el fuego ha menguado? ¿Me he “alejado” de seguir a Jesús de alguna manera?
¿A quién conozco que parece haberse “alejado” en cuanto a seguir a Jesús se refiere? ¿Quizás un amigo o un familiar? ¿Igual un hijo que parece menos interesado ahora que ha llegado a la adolescencia?
Señor Jesús: nombro a estos seres queridos en silencio ante Ti ahora e intercedo por ellos. Te pido que su amor por ti se reavive.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más.
Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.
Mateo 26:30-35 (NVI CST)
―Esta misma noche —les dijo Jesús— todos vosotros me abandonaréis, porque está escrito: »“Heriré al pastor,
y se dispersarán las ovejas del rebaño”.
Pero, después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea».
―Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré. ―Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.
―Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro—, jamás te negaré.
Y los demás discípulos dijeron lo mismo.
Habiendo celebrado La Pascua juntos, es probable que el himno que cantaron Jesús y sus discípulos fuera el Salmo 118. Dado que Jesús va a ser arrestado pronto, torturado y crucificado, las palabras del Salmo son aún más conmovedoras: ‘Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre’. (Salmo 118:1, NVI CST)
Utilizando algunos versículos más del Salmo 118 como mi oración, me rindo a la bondad de Dios:
‘Cuando me siento presionado, clamo a ti, Señor, y me llevas a un lugar espacioso. Tú estás conmigo; no tendré miedo. ¿Qué pueden hacerme los simples mortales? Tú estás conmigo… Te doy gracias, porque eres bueno, tu amor es eterno.’
(Adaptado del Salmo 118: 5-7a,1, NVI CST)
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama dice en 1 de Pedro que:
El Dios de toda gracia, que [me] llamó a su gloria eterna en Cristo, después de que [yo] haya sufrido durante un tiempo, [me] restaurará y [me] hará fuerte, firme y estable.
1 Pedro 5:10 (NVI CST)
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo, siendo auténtico contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás, siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida, proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
9 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
7 Mins.
LECTIO 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
9 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio365
7 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.
Lectio 365
8 Mins.