Oración 24-7
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Parte 3 de 30
Hoy es lunes, 28 de noviembre, el primer lunes de Adviento. En esta época de Navidad nos preparamos para celebrar el nacimiento de Jesús reflexionando en la vida de las personas que se incluyen en su historia. Vamos a comenzar escuchando las voces de los profetas según describen la llegada del Mesías.
Ahora, al iniciar mi tiempo de oración, hago una pausa para estar quieta; para respirar lentamente, para re-centrar mis sentidos, que se encuentran dispersos, delante de la presencia de Dios.
Señor, en esta época de tanto ajetreo, por favor, ayúdame a estar quieta. Abro mis oídos ahora para escuchar cosas increíbles sobre ti, preparando mi corazón calladamente para el milagro de tu venida en Navidad.
Hoy escojo regocijarme en la presencia de Dios, uniéndome a la alabanza ancestral de todo el pueblo de Dios en palabras del Salmo 16…
Bendeciré al Señor, quien me guía;
Salmo 16:7-8 (NTV)
aun de noche mi corazón me enseña.
Sé que el Señor siempre está conmigo.
No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
Hoy medito en la conversación entre Acaz, el rey de Judá, e Isaías, el profeta enviado por Dios para darle consejo:
El Señor se dirigió a Acaz de nuevo: ―Pide que el Señor tu Dios te dé una señal, ya sea en lo más profundo de la tierra o en lo más alto del cielo.
Pero Acaz respondió: ―No pondré a prueba al Señor, ni le pediré nada.
Entonces Isaías dijo: «¡Escuchad ahora vosotros, los de la dinastía de David! ¿No os basta con agotar la paciencia de los hombres, que hacéis lo mismo con mi Dios? Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
Isaías 7:10-14 (NVI CST)
El rey Acaz se encuentra en medio de la agitación social y política. Se avecinan fuerzas hostiles. La presión aumenta. Suena a algo que podríamos leer en las noticias de hoy.
El teólogo David Jackman escribe:
‘Acaz… recibe una palabra del Señor a través de Isaías – ¿Lo creerá Acaz y actuará en consecuencia? Esa es la cuestión a la que se enfrentan Acaz y Judá: ¿promesas divinas o políticas humanas? ¿En qué elegirán poner su fe?’*
¿Bajo qué presiones me encuentro ahora mismo?
Dios, quiero cambiar mi perspectiva de esta situación por la tuya. Confieso mi tentación de responder con mis propios y escasos recursos. Por favor, ayúdame a arriesgarme y a confiar en ti.
La Reina Isabel II conoció al evangelista estadounidense Billy Graham a mediados de la década de 1950. Se visitaron mutuamente una docena de veces durante los siguientes treinta años, y la Reina llegó a pedir la opinión de Billy mientras preparaba uno de sus famosos discursos navideños.
Dios, oro por mis líderes políticos hoy. Trae voces proféticas a sus vidas. Ayúdales a apoyarse en las promesas divinas más que en las políticas humanas. Dales el poder de un liderazgo audaz, seguro y justo.
Al volver al pasaje, abro mis oídos para escuchar tu Palabra, y mi corazón para rendirme a tu voluntad una vez más…
El Señor se dirigió a Acaz de nuevo: ―Pide que el Señor tu Dios te dé una señal, ya sea en lo más profundo de la tierra o en lo más alto del cielo.
Pero Acaz respondió: ―No pondré a prueba al Señor, ni le pediré nada.
Entonces Isaías dijo: «¡Escuchad ahora vosotros, los de la dinastía de David! ¿No os basta con agotar la paciencia de los hombres, que hacéis lo mismo con mi Dios? Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
Isaías 7:10-14 (NVI CST)
El profeta Isaías está hablando del inminente enigma político de Acaz, pero su palabra también hablaba de la futura esperanza de Israel (y del mundo). El Hijo de una virgen al que se refiere Isaías será un día la solución a todos los males del mundo.
Te recibo, Jesús, Emanuel, Dios conmigo. Me someto a tu buen gobierno, a tu buen liderazgo en mi vida. Tú conoces las presiones a las que estoy sometida y, hoy, con fe, recibo todos los recursos del Cielo que tienes para mí.
Y ahora, mientras me preparo para llevar este tiempo de oración al día que tengo por delante, el Señor, que me ama dice en Isaías:
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
Isaías 41:10 (NVICST)
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
Padre, ayúdame a vivir este día al máximo,
siendo auténtica contigo en todo.
Jesús, ayúdame a darme a los demás,
siendo amable con toda la gente con la que me encuentre.
Espíritu, ayúdame a amar a la gente que se encuentra perdida,
proclamando a Cristo en todo lo que digo y hago.
Amén.
*David Jackman, Teaching Isaiah: Unlocking Isaiah for the Bible Teacher, (Tain, Ross-shire: Christian Focus Publications, 2010), p. 77.
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