Actívate - ora mientras caminas.
Yo os entregaré todo lugar que toquen vuestros pies…
Josué 1:3
No te quedes ahí sentado, dirígete a la salida más cercana y habla con Dios sobre las personas y los lugares por los que pasas.
Aquí tienes cinco sugerencias sencillas para empezar:
Al comenzar tu caminata pídele a Dios que te acompañe. Puedes decidir de antemano por dónde vas a caminar, o simplemente puedes pedirle al Espíritu Santo que te guíe a medida que avanzas. ¡Sólo asegúrate de no perderte!
Presta atención a la gente con la que te cruzas, así como al paisaje y al ambiente de los lugares por los que caminas. Haz una pausa y ora frente a hospitales, colegios, edificios del gobierno local y otros lugares de influencia. Pide a Dios que te indique por qué cosas quiere que ores.
Enfócate en el amor de Dios por la gente y el lugar. Ora bendición, incluso (¡especialmente!) en las zonas que se consideran “oscuras” o “difíciles”. Utiliza el Padre Nuestro: “Venga tu Reino, hágase tu voluntad…” (Mat. 6:10)
Pide a Dios que te muestre dónde está obrando ya en un lugar. Escucha los versículos bíblicos y las promesas para orar por esa zona.
Anota lo que observas, por lo que oras y cualquier versículo, imagen o palabra que creas que Dios te ha dicho. Cuando vuelvas a orar por la zona, lee esas notas antes de empezar.
Jesús envió a sus discípulos de dos en dos. No es intimidante ni tan llamativo como un grupo grande, y es más seguro que ir solo. Un grupo más grande que se divide en parejas también puede ayudar a cubrir más terreno.
Acuerda un lugar y una hora para empezar juntos. Explica por qué te reúnes para orar y comparte algunos consejos para aquellos que no han orado antes. Si hacéis grupos más pequeños acuerda un lugar y una hora para terminar juntos.
Informa de tus oraciones. Investiga la historia del lugar: ¿cómo ha moldeado el pasado el presente? Fíjate en los puntos de referencia por los que pasas y aprende más sobre la gente que vive allí ahora
Reuníos al final y tomad un tiempo para compartir lo que habéis visto, orado y escuchado de Dios. ¡Lleva un registro y planifica orar de nuevo!